Hoy nos adentraremos en un tema que ha generado muchas conversaciones y controversias: el cannabidiol, o más conocido como CBD. Este compuesto del cannabis ha ganado una gran popularidad, tanto por sus propiedades terapéuticas como por los mitos que lo rodean. En este episodio, vamos a desmitificar algunas de las creencias más comunes sobre el CBD para que conozcas la verdad detrás de este cannabinoide tan interesante.
El CBD fue descubierto en la década de 1940 y ha sido objeto de un creciente interés en los últimos años debido a sus posibles beneficios medicinales. Mientras que algunos lo ven como una sustancia casi milagrosa capaz de aliviar dolencias, otros lo consideran simplemente una tendencia pasajera.
Según estimaciones, la industria del CBD alcanzará los 47.22 mil millones de dólares para 2028. Sin embargo, con tanta información circulando, no todo lo que escuchas sobre el CBD es cierto.
Hoy vamos a explorar los hallazgos científicos más recientes y confiables para desmentir los mitos que lo rodean.
¿Cura el cáncer? ¿Te hace «volar» como el THC? Vamos a profundizar en estas preguntas y más. Pero primero, recordemos: el CBD es ese hijo tranquilo de la familia del cannabis que ha llegado para aclarar las cosas.
Mito 1: «El CBD no se fuma»
Este es un mito bastante común. A menudo se escucha que el CBD no se puede fumar, pero eso es incorrecto.
Aunque la mayoría de las personas prefieren consumirlo en forma de aceites, tinturas o gomitas, también es posible fumar CBD. Sin embargo, no es lo más recomendado desde el punto de vista médico. Fumar cualquier sustancia, incluso algo tan natural como el CBD, puede ser perjudicial para los pulmones debido a la combustión, que genera toxinas.
El hecho es que hay consumidores que optan por fumar o vapear CBD porque los efectos se sienten más rápido. Es más, algunos lo usan como un método para combatir la adicción a la nicotina. Un estudio publicado en la International Journal of Drug Policy en 2020 encontró que los fumadores de tabaco que consumían CBD tenían más probabilidades de reducir su consumo de cigarrillos. Esto se debe en parte a los efectos relajantes del CBD y a su capacidad para aliviar el estrés, lo que hace que el proceso de dejar de fumar sea más manejable.
A pesar de que fumar CBD no es la opción más popular, se ha convertido en una alternativa para aquellos que buscan una sensación rápida y efectiva. Sin embargo, la recomendación médica sigue siendo optar por métodos de consumo menos dañinos, como aceites o comestibles.
Mito 2: «El CBD cura el cáncer»
Este es un mito que ha circulado ampliamente debido a titulares sensacionalistas y malas interpretaciones de algunos estudios científicos. El CBD no cura el cáncer, al menos no hay evidencia sólida que lo respalde en este momento.
Es cierto que en estudios preclínicos, el CBD ha mostrado potencial para inhibir el crecimiento de células cancerosas. Por ejemplo, un estudio de 2011 publicado en el British Journal of Pharmacology encontró que el CBD podría ayudar a reducir el tamaño de los tumores en ratones con cáncer de mama. Sin embargo, estos resultados aún no han sido replicados en estudios clínicos con humanos.
Lo que sí sabemos es que el CBD puede ser beneficioso para los pacientes que ya están recibiendo tratamiento contra el cáncer. Muchos lo utilizan como complemento para manejar síntomas como el dolor, las náuseas y la ansiedad. Un oncólogo especializado en el uso de cannabis medicinal, el Dr. Dustin Sulak, menciona que uno de los mayores beneficios del CBD es su capacidad para mejorar el sueño, lo cual es crucial para los pacientes en tratamiento, ya que el descanso adecuado contribuye a un mejor estado de salud general.
Entonces, aunque el CBD no sea una cura milagrosa, sí puede mejorar la calidad de vida de las personas que padecen algún tipo de cáncer.
Mito 3: «El CBD es completamente seguro»
Aunque el CBD es generalmente bien tolerado y tiene muchos beneficios, afirmar que es completamente seguro es engañoso. Como cualquier sustancia que ingerimos, puede tener efectos secundarios. Los más comunes incluyen somnolencia, náuseas y sequedad en la boca. En algunos casos raros, se ha reportado que el CBD puede causar problemas hepáticos, especialmente en personas que ya tienen enfermedades del hígado o que toman medicamentos que afectan este órgano, como los anticoagulantes.
Además, el CBD puede interactuar con otros medicamentos. Por ejemplo, si estás tomando medicamentos para el corazón o para las convulsiones, es crucial que hables con tu médico antes de incorporar el CBD en tu rutina. Un estudio de 2019 publicado en el Journal of Clinical Medicine encontró que el CBD puede aumentar los niveles de ciertos medicamentos en la sangre, lo que puede llevar a efectos adversos si no se ajusta la dosis correctamente.
Es importante que, aunque el CBD sea una opción natural, no lo consideres como algo completamente libre de riesgos. La clave es la moderación y siempre consultar a un profesional médico antes de su uso.
Mito 4: «El CBD no te hace volar»
Este mito es interesante porque está basado en una verdad a medias. Es cierto que el CBD no tiene los efectos psicoactivos del THC, el compuesto que «coloca» a los usuarios. Sin embargo, eso no significa que el CBD no tenga ningún efecto sobre tu cuerpo y tu mente. Algunas personas reportan sentir una ligera relajación o incluso una sensación de bienestar después de consumirlo.
Según un estudio de Project CBD, más del 70% de los usuarios de CBD afirman sentir una mejora en su calidad de vida sin experimentar efectos secundarios significativos. Sin embargo, alrededor del 11% reportó experimentar efectos leves como sequedad en la boca, somnolencia o cambios en el apetito.
El CBD interactúa con el sistema endocannabinoide de tu cuerpo, que es responsable de regular funciones como el sueño, el estado de ánimo y la respuesta al dolor. Entonces, aunque no te haga «volar», puede ayudarte a sentirte más calmado o equilibrado.
Mito 5: «El CBD es solo una moda pasajera»
Este es otro mito muy común. Muchas personas creen que el CBD es solo una tendencia más, como las dietas de moda o los NFTs. Pero esto no podría estar más lejos de la verdad. El uso medicinal del cannabis se remonta a miles de años. De hecho, hay registros de su uso en la medicina tradicional china desde el 2737 a.C., cuando el emperador Shen Nung lo recomendaba para el tratamiento de diversas dolencias.
El CBD, como compuesto químico, fue aislado por primera vez en 1940 por el científico Roger Adams, y aunque su uso medicinal ha crecido exponencialmente en los últimos años, no es algo nuevo. Actualmente, más de 6 millones de personas en el Reino Unido usan productos con CBD, y se estima que uno de cada tres adultos estadounidenses ha probado algún producto con CBD al menos una vez.
A medida que la ciencia siga avanzando, es probable que aprendamos más sobre los beneficios y las limitaciones del CBD. Por ahora, aunque el CBD no sea una cura milagrosa, sí tiene un lugar importante en la medicina complementaria. No es completamente seguro ni libre de riesgos, pero es una opción terapéutica valiosa para muchas personas.