¿Es la Marihuana Dañina o Beneficiosa Para la Salud?

¿El cannabis es seguro o tiene un lado oscuro? ¿Puede causar sobredosis? ¿Qué complicaciones pueden surgir? 

El cannabis, una planta que ha sido protagonista de debates, estudios y hasta películas, que hoy en día siguen generando muchas inquietudes.

Por eso, hoy en Cannamedicinal Podcast, exploramos los efectos del cannabis desde una perspectiva médica, respondiendo a éstas y otras interrogantes… Pero sin perder de vista que esto es una charla entre amigos. Soy Carlos Villada, y hoy traigo una nota que, estoy seguro, te va a dejar pensando.

El cannabis es una de esas sustancias que parece tener dos caras. Por un lado, está lleno de historias de personas que han encontrado alivio para el dolor crónico, la ansiedad, las náuseas y hasta los efectos secundarios de la quimioterapia. Por otro lado, hay quienes llegan a las salas de emergencia con complicaciones graves después de consumirlo. Entonces, ¿Dónde está el equilibrio?

El lado médico del cannabis

Empecemos por lo positivo. El cannabis ha demostrado tener aplicaciones médicas en varios países. Por ejemplo, en Canadá y el Reino Unido, existe un medicamento llamado Sativex, desarrollado por la farmacéutica GW. Este medicamento está aprobado para aliviar los síntomas de la esclerosis múltiple. En Estados Unidos, se usa Marinol, una forma sintética de THC, para ayudar a los pacientes con cáncer a manejar las náuseas y la pérdida de apetito causadas por la quimioterapia.

Pero no hace falta recurrir a medicamentos sintéticos para beneficiarse del cannabis. En la actualidad, los aceites de CBD han revolucionado la medicina natural, ofreciendo alivio a personas con epilepsia, trastornos de ansiedad, insomnio y dolores musculares crónicos. Muchas personas han encontrado en el CBD una alternativa natural a los opioides, evitando los efectos secundarios y el riesgo de adicción que estos conllevan.

Uno de los usos más documentados del aceite de CBD es en el tratamiento de la epilepsia refractaria. Casos como el de Charlotte Figi, una niña con síndrome de Dravet, mostraron al mundo cómo el CBD puede reducir drásticamente la frecuencia de las convulsiones. Gracias a estos avances, la FDA aprobó Epidiolex, un medicamento basado en CBD, como tratamiento para ciertos tipos de epilepsia.

Además, en países como Israel, donde el uso del cannabis medicinal está altamente regulado, se han realizado estudios que demuestran su eficacia para tratar trastornos del sueño, fibromialgia, artritis y otras condiciones inflamatorias. La investigación médica sigue avanzando, y cada vez más científicos exploran los beneficios de los cannabinoides en tratamientos para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.

El CBD y su potencial terapéutico

El cannabidiol (CBD), uno de los principales compuestos del cannabis, ha ganado popularidad en los últimos años gracias a su perfil terapéutico y su ausencia de efectos psicoactivos. A diferencia del THC, que genera el característico efecto de euforia o «colocón», el CBD interactúa con el sistema endocannabinoide sin alterar la percepción o la conciencia. Esto lo convierte en una opción atractiva para personas que buscan alivio sin los efectos adversos asociados con el consumo recreativo de cannabis.

Los estudios han demostrado que el CBD tiene propiedades ansiolíticas, neuroprotectoras y antiinflamatorias. Pacientes con enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple o el lupus, han reportado mejoras en su calidad de vida gracias al uso del CBD. Incluso deportistas profesionales están incorporando el CBD en sus rutinas para acelerar la recuperación muscular y reducir la inflamación tras entrenamientos intensivos.

Sin embargo, es importante recordar que no todos los productos de CBD son iguales. La calidad del aceite de CBD depende de factores como el método de extracción, la concentración de cannabinoides y la pureza del producto

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El lado oscuro del cannabis

En las salas de emergencia, los médicos ven con frecuencia el lado menos amable del cannabis. Pacientes que llegan con complicaciones graves, sintiendo que van a morir, y cuando les preguntan si han consumido alguna droga, la respuesta más común es: marihuana.

Aquí es donde entra el concepto de sobredosis. Y No, no estamos hablando necesariamente de muerte. Una sobredosis es cualquier respuesta biológica que ocurre cuando el cuerpo recibe demasiada cantidad de una sustancia, ya sea accidental o intencionalmente. Y, al igual que con los medicamentos recetados, cada persona reacciona de manera diferente al cannabis. Algunas variedades son más potentes que otras, y los efectos pueden variar drásticamente.

Las complicaciones pueden ser bastante variadas. Algunos pacientes llegan después de consumir cannabis contaminado con moho u hongos, lo que puede provocar reacciones alérgicas o enfermedades respiratorias. Otros han ingerido demasiados comestibles, sin darse cuenta de que los efectos pueden tardar horas en manifestarse, lo que lleva a una sobredosis accidental.

También están los casos de cannabis sintético o alterado químicamente, que puede causar síntomas graves como paranoia, ansiedad, palpitaciones e incluso psicosis. En algunos casos, los pacientes llegan extremadamente sedados, como si estuvieran «fuera de sí», y estos efectos pueden durar desde unas pocas horas hasta varios días.

El síndrome de hiperemesis cannabinoide (SHC)

Lo que hace que este síndrome sea particularmente desconcertante es que el cannabis, en muchas circunstancias, se ha utilizado como un tratamiento efectivo contra las náuseas, especialmente en pacientes con quimioterapia o trastornos gastrointestinales. Sin embargo, en el caso del SHC, la misma sustancia que normalmente ayuda a reducir las náuseas termina siendo la causa de un malestar extremo.a consumidores crónicos y de alto consumo de cannabis, en especial aquellos que han estado usando la sustancia de manera diaria o frecuente durante varios años.

Lo que hace que este síndrome sea particularmente desconcertante es que el cannabis, en muchas circunstancias, se ha utilizado como un tratamiento efectivo contra las náuseas, especialmente en pacientes con quimioterapia o trastornos gastrointestinales. Sin embargo, en el caso del SHC, la misma sustancia que normalmente ayuda a reducir las náuseas termina siendo la causa de un malestar extremo.

La única forma definitiva de tratar el síndrome de hiperémesis cannabinoide es suspender el consumo de cannabis de manera permanente. A diferencia de otros trastornos digestivos, los medicamentos convencionales contra las náuseas, como los antieméticos, suelen ser ineficaces en el SHC.

Durante los episodios agudos, los tratamientos suelen centrarse en reponer líquidos, corregir desequilibrios electrolíticos y aliviar los síntomas con baños calientes o analgésicos. En casos graves, puede ser necesaria la hospitalización para evitar complicaciones como deshidratación extrema e insuficiencia renal.

Para prevenir la aparición del SHC, es recomendable que los consumidores de cannabis, especialmente aquellos que lo usan de manera frecuente, estén atentos a los primeros síntomas y consideren reducir su consumo si experimentan náuseas persistentes o molestias digestivas inexplicables.

Psicosis y problemas cardíacos

Otro problema grave es la psicosis inducida por el cannabis. La psicosis es un trastorno mental en el que el pensamiento y las emociones están tan alterados que la persona pierde el contacto con la realidad. Algunos estudios sugieren que las personas que consumen cannabis a diario tienen un riesgo tres veces mayor de ser diagnosticadas con psicosis por primera vez, y ese riesgo aumenta a cinco veces si consumen marihuana de alta potencia.

También se han reportado casos de problemas cardíacos después de consumir cannabis, incluyendo taquicardia sinusal y fibrilación auricular. Aunque aún se necesita más investigación, es algo que los médicos ven con frecuencia.

Cáncer y lesiones pulmonares

Hasta la fecha, no se ha demostrado que el consumo de cannabis cause cáncer de forma directa. Sin embargo, es importante considerar que la inhalación de cualquier tipo de humo, incluido el del cannabis, puede ser perjudicial para la salud pulmonar.

Fumar cannabis con regularidad puede provocar inflamación en los pulmones, irritación en las vías respiratorias y un aumento en la producción de moco, lo que puede derivar en problemas respiratorios crónicos como bronquitis o tos persistente. Además, el humo del cannabis contiene sustancias químicas similares a las del tabaco, algunas de las cuales pueden ser carcinógenas.

Por otro lado, los productos de vapeo a base de cannabis han sido motivo de preocupación en la comunidad médica debido a los crecientes casos de lesiones pulmonares asociadas con su uso. Se han documentado numerosos casos de enfermedades pulmonares graves, algunas incluso fatales, relacionadas con aditivos como el acetato de vitamina E, que puede causar una reacción tóxica en los pulmones.

En respuesta a estos riesgos, la Asociación Médica Estadounidense ha solicitado una prohibición total de los productos de vapeo con el fin de reducir los daños y proteger la salud pública.

El cannabis es una sustancia compleja con efectos amplios y variados en el cuerpo. Mientras que algunas personas pueden experimentar beneficios significativos, como la reducción de convulsiones o la mejora de la ansiedad, otras pueden sufrir complicaciones graves que requieren atención médica inmediata.

Mi recomendación, como siempre, es que si estás considerando usar cannabis, lo hagas con responsabilidad y, si te es posible, consultes a un profesional de la salud. 

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