¿Por qué NO usar Marihuana en la adolescencia? ¡Consumo responsable de Cannabis!

Si te interesa el cannabis medicinal, el bienestar o simplemente quieres informarte sobre cómo usar la marihuana de manera segura y consciente, este contenido es para ti.

Descubre cómo algunos principios básicos pueden ayudarte a mantener un equilibrio en tu vida y a evitar que el consumo se convierta en un problema. Además, aprende por qué el consumo de cannabis debe ser exclusivo para adultos, cómo elegir los momentos adecuados para su uso y por qué es crucial evitar el abuso.

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La Organización Mundial de la Salud ha señalado que, aunque el cannabis no genera dependencia en la mayoría de las personas que lo prueban, existe un pequeño porcentaje que puede desarrollar un uso problemático. Este dato nos invita a reflexionar sobre la importancia de abordar el consumo de marihuana con responsabilidad y conciencia.

En este contexto, hoy hablaremos de cinco principios fundamentales para un uso responsable de esta planta, principios que fueron establecidos por la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes de la Marihuana (NORML) en 1970 en Estados Unidos. 

Estos conceptos no solo buscan promover un consumo seguro, sino también evitar que el uso de la marihuana se convierta en un factor negativo en nuestras vidas.

Antes de profundizar en estos principios, es importante recordar que el consumo de cannabis no está recomendado para adolescentes. 

Durante la adolescencia, el cerebro está en pleno desarrollo, y la introducción de sustancias que alteren su funcionamiento puede tener consecuencias a largo plazo. Incluso se estima que el cerebro continúa desarrollándose hasta los 23 años, por lo que es crucial evitar cualquier sustancia que pueda interferir en este proceso. Sin embargo, en casos de uso medicinal y bajo supervisión médica, el cannabis puede ser una herramienta valiosa. Pero, en general, el llamado es a la prudencia y al autocuidado.

Ahora, pasemos a los cinco principios del consumo responsable:

Principio número 1. El consumo debe ser para adultos

Este primer principio es claro y contundente: el uso de la marihuana debe estar reservado para adultos

Durante la infancia y la adolescencia, el cerebro está en una fase crítica de desarrollo, y la introducción de sustancias psicoactivas puede interferir en este proceso. Expertos en neurología y psicología coinciden en que el consumo temprano de cannabis puede afectar áreas como la memoria, la atención y la capacidad de aprendizaje. Además, en estas etapas también se está formando la personalidad y las habilidades sociales, por lo que es fundamental evitar cualquier factor que pueda alterar este desarrollo.

Es cierto que algunas personas han probado la marihuana en la adolescencia sin aparentes consecuencias negativas. Sin embargo, el riesgo aumenta cuando el consumo se vuelve habitual. Estudios han demostrado que el uso frecuente en edades tempranas puede afectar el rendimiento académico, la motivación y la capacidad para establecer metas a largo plazo. Por eso, el llamado es a esperar hasta que el cerebro haya alcanzado su madurez, idealmente después de los 23 años.

Esto no solo aplica al cannabis, sino también a otras sustancias como el alcohol y el tabaco, que también pueden interferir en el desarrollo.

Principio número 2. Saber escoger los momentos adecuados

Un usuario responsable sabe cuándo es el momento adecuado para consumir y cuándo no. No todos los contextos son propicios para el uso de la marihuana, y reconocer esto es fundamental para evitar experiencias negativas. Por ejemplo, consumir antes de una reunión importante, una presentación en público o una situación que requiera concentración puede resultar contraproducente. En estos casos, el cannabis puede generar ansiedad, incomodidad o incluso dificultar la comunicación.

Imaginemos una situación común: durante la celebración del Día Mundial de la Marihuana, un orador debía dar un discurso frente a una gran audiencia. Aunque el ambiente era relajado y festivo, decidió consumir cannabis antes de subir al escenario. Como resultado, experimentó inseguridad, perdió el hilo de sus ideas y se quedó en silencio durante varios segundos que parecieron eternos. Esta experiencia demuestra que, en situaciones que requieren claridad mental, el consumo de cannabis puede no ser la mejor opción.

Este principio nos invita a ser conscientes de nuestras limitaciones y a saber decir «no» cuando las condiciones no son las adecuadas. No se trata de evitar el cannabis por completo, sino de utilizarlo en momentos en los que realmente podamos disfrutarlo sin comprometer nuestras responsabilidades o bienestar.

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Principio número 3. Evitar el abuso

Aunque el cannabis tiene un potencial de dependencia menor comparado con sustancias como el tabaco o el alcohol, no está exento de riesgos. Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 9% de las personas que prueban la marihuana pueden desarrollar dependencia. Esta cifra, aunque baja en comparación con otras sustancias, es significativa y nos recuerda la importancia de evitar el consumo excesivo.

El abuso de cannabis puede manifestarse de diversas formas: consumir en exceso, hacerlo en momentos inapropiados o priorizar su uso sobre otras actividades importantes. Para evitar caer en este tipo de conductas, es fundamental realizar una autoevaluación constante. Preguntarnos si estamos cumpliendo con nuestras responsabilidades, si nuestras relaciones personales se están viendo afectadas o si estamos utilizando el cannabis como una forma de evadir la realidad, son señales que pueden indicar un problema.

Si detectamos que nuestro consumo está interfiriendo en nuestra vida diaria, es importante tomar medidas. Reducir la frecuencia, establecer límites claros o buscar apoyo profesional son algunas de las estrategias que pueden ayudarnos a retomar el control. 

Recordemos que el objetivo es disfrutar del cannabis de manera responsable, sin que este se convierta en un obstáculo para nuestro bienestar.

Principio número 4. No manejar bajo los efectos de la marihuana

Este principio es tan importante como obvio: nunca debemos manejar u operar maquinaria pesada bajo los efectos del cannabis. La marihuana altera nuestra percepción, reduce los tiempos de reacción y afecta la coordinación, lo que aumenta el riesgo de accidentes. Aunque algunas personas argumentan que manejan «más concentrados» o «más precavidos» cuando están bajo los efectos del cannabis, la realidad es que nuestras capacidades se ven mermadas.

Este principio no solo aplica al manejo de vehículos, sino también a cualquier actividad que requiera atención y precisión. Poner en riesgo nuestra vida o la de otras personas no es solo irresponsable, sino también evitable. Si vamos a consumir, es fundamental planificar con anticipación: designar a un conductor sobrio, utilizar transporte público o simplemente esperar a que los efectos desaparezcan antes de tomar el volante.

Principio número 5. Respetar a los demás

El consumo responsable también implica ser conscientes de cómo nuestras acciones afectan a los demás. No todo el mundo disfruta del olor o la presencia del cannabis, y es importante respetar eso. Fumar en espacios públicos, cerca de niños o en lugares donde otras personas puedan verse afectadas no solo es irrespetuoso, sino que también contribuye a una imagen negativa de los consumidores.

En países como Canadá, existen regulaciones claras sobre dónde se puede y no se puede consumir cannabis. Por ejemplo, está prohibido fumar cerca de hospitales, escuelas o parques infantiles. Estas normas no solo protegen a los no consumidores, sino que también fomentan una convivencia armoniosa entre todos los miembros de la sociedad.

Ser un consumidor responsable significa ser consciente de nuestro entorno y actuar de manera considerada. Esto no implica que debamos escondernos para consumir, sino simplemente elegir lugares y momentos en los que nuestro uso no afecte a terceros.

Estos cinco principios no son reglas rígidas, sino guías que nos ayudan a disfrutar del cannabis de manera segura y consciente. El objetivo es que el uso de esta planta sea una experiencia positiva, sin que interfiera en nuestro desarrollo personal, nuestras responsabilidades o nuestras relaciones con los demás.

Si sientes que el consumo de cannabis está afectando negativamente tu vida, es importante buscar ayuda. Existen alternativas y recursos disponibles para quienes desean reducir o dejar su consumo. Recordemos que la prudencia y el autocuidado son fundamentales para mantener un equilibrio en nuestras vidas.

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