¿Alguna vez te has preguntado qué sucede en tu cuerpo y mente después de encender un porro? En este fascinante recorrido, exploramos los intrincados procesos químicos y biológicos detrás de la experiencia de fumar marihuana. Desde su historia hasta su impacto en tus pulmones y cerebro, desglosamos cada detalle.
Presta mucha atención a la siguiente narrativa…
Toma un par de intentos, pero logras encender el encendedor y lo sostienes firmemente frente a tu cara para prender un porro. Un olor familiar a madera llena la habitación y se desliza por la ventana con la brisa de la tarde. Parpadeas, te estabilizas, inhalas profundamente y sientes cómo tus pulmones se llenan de calidez.
Pero, ¿qué sucede a continuación? Químicamente y biológicamente hablando ¿qué es lo que hace que esta pequeña planta verde atraiga a millones de personas en todo el mundo? ¿Cuánto tiempo ha estado la humanidad consumiéndola? ¿Y qué está sucediendo exactamente dentro de tu cuerpo? ¿Dentro de tu mente?
Para comenzar, echemos un vistazo a la composición química de la planta de cannabis en sí misma, enrollada en un porro en tu mano.
Originaria de Asia Central y del Sur, la planta de cannabis es tan popular en la actualidad que se ha convertido en una economía global en sí misma, desde pequeñas operaciones agrícolas rurales hasta super laboratorios de drogas, incluyendo una serie de cultivos ilegales en algún punto intermedio. Se estima que hay más de 700 cepas diferentes de cannabis actualmente en el mercado, y este número parece estar en constante crecimiento.
Identificar la cepa de marihuana que tienes en tu mano puede ser muy fácil cuando compras en un dispensario legal, pero si vives en un país o estado donde la marihuana aún está criminalizada, verificar exactamente lo que estás fumando se vuelve mucho más difícil. Mirando las bolas verdes y musgosas en tu mano, ¿sabes de dónde provienen y qué contienen?
Vamos a analizarlo un poco, o mejor dicho, a triturarlo un poco.
Probablemente hayas oído hablar de los dos ingredientes activos más conocidos en el cannabis. Estos son el cannabidiol y el tetrahidrocannabinol, o como probablemente los conozcas, CBD y THC.
Durante la última década, en Occidente en particular, el CBD ha sido considerado como un posible avance médico. Se ha demostrado que tiene un efecto calmante en personas con tendencias ansiosas y actualmente se está probando como tratamiento para la psicosis, trastornos del sueño, espasticidad muscular y mucho más. Por ello, hasta es posible que hayas visto anuncios de productos de aceite de CBD que afirman que pueden resolver una serie de dolencias.
En este punto, cabe resaltar que la investigación está en curso y los resultados pueden variar de una persona a otra. Por ejemplo: En el caso de la cura del cáncer, hasta ahora no hay evidencia que lo respalde, pero el CBD podría ayudarte brindándote alternativas para dormir, prevenir la metastasis, calmar el dolor; entre otros…
Entonces, ¿fumo CBD y me pone a volar, verdad? No. El CBD generalmente se extrae como un aceite aunque también hay flores ricas en este compuesto y, por sí solo, no te pone colocado. Pero aún así es psicoactivo, lo que significa que altera tu estado mental, dejándote generalmente más tranquilo y relajado.
La sensación de estar colocado proviene del principal componente activo en la marihuana: el THC. Normalmente se encuentra en cantidades mucho mayores que el CBD, y puede tener un poderoso efecto psicoactivo.
Para ver lo que eso significa en la práctica, sigamos su recorrido cuando entra en el cuerpo humano.
¿Cómo hace su recorrido el THC en el cuerpo humano?
Inhala profundamente ese porro y deja que el humo llene tus pulmones. En este ejemplo, tú serás nuestro sujeto de prueba, y estarás fumando marihuana. Obviamente, aclaramos que no promovemos de ninguna manera el consumo lúdico o recreativo de la planta. Este contenido es netamente educativo y para que nos comprendas, tenemos que poner casos o ejemplos hipotéticos que se ajusten a la realidad.
Fumar es una de las formas más directas y rápidas de colocarse. Esto se debe a que el humo del cannabis en combustión contiene altos niveles de THC. Luego, el humo se inhala, llenando tus pulmones. En este punto, es posible que experimentes cierta irritación, manifestada en la icónica tos de fumador, debido a la introducción de una sustancia ajena en tus pulmones. Sin embargo, esto no es exclusivo de fumar marihuana, ya que es probable que veas lo mismo en personas que fuman o vapean tabaco convencional.
Los pulmones están diseñados para transferir rápidamente y de manera eficiente el oxígeno al torrente sanguíneo cuando respiramos. Por lo tanto, tienen la capacidad de absorber grandes cantidades de gas en una sola inhalación y de obtener varios elementos o compuestos de ese gas en nuestro torrente sanguíneo.
Los pulmones no son solo cámaras vacías; están llenos de pequeños sacos de aire llamados alvéolos. El adulto promedio tiene aproximadamente 480 millones de alvéolos en sus pulmones, lo que equivale a unos 1500 kilómetros de vías respiratorias.
En cada alvéolo, el humo del THC se transfiere directamente a tu torrente sanguíneo, que luego lo lleva por todo el cuerpo, incluyendo a la zona crítica: tu cerebro. Como resultado, a menudo solo toma cuestión de segundos para que el usuario comience a sentir los efectos psicoactivos de lo que está fumando.
Así que, abramos tu cabeza y veamos qué está sucediendo en su interior.
El THC y el CBD se unen a receptores en todo tu cerebro. Por ejemplo, la amígdala es responsable de la ansiedad, las respuestas emocionales y el miedo. El CBD disminuye la actividad en esta parte del cerebro, pero el componente de THC puede estimularla. Si bien muchos usuarios se sienten más tranquilos después de fumar marihuana, otros pueden sentir un aumento en la sensación de paranoia y preocupación, especialmente cuando los efectos calmantes del CBD desaparecen.
Mirando otras partes del cerebro afectadas por el CBD, tenemos el ganglio basal, que está relacionado con el control motor y la planificación, la neocorteza, que procesa la información sensorial, y el cerebelo, que es el centro del control motor.
Por otro lado, el THC puede estimular áreas del cerebro como el hipocampo, que está relacionado con la memoria, y la corteza frontal, que está relacionada con la toma de decisiones y la resolución de conflictos. Esta es una de las razones por las que algunas personas experimentan pérdida de memoria a corto plazo, dificultades para concentrarse y una disminución en la capacidad de tomar decisiones lógicas después de fumar marihuana.
Y si bien puede ser un subidón placentero para algunos, otros pueden sentirse abrumados o incómodos. La experiencia es altamente subjetiva y puede variar ampliamente de una persona a otra.
La velocidad con la que los efectos del THC se manifiestan y la duración de los mismos dependen de varios factores, en general los efectos suelen durar de unas pocas horas a un día, pero pueden extenderse más en personas con baja tolerancia o que han consumido grandes cantidades.
Dicho esto, no todos los consumidores de cannabis buscan el típico subidón psicoactivo. Algunas personas utilizan la planta por sus efectos medicinales sin necesariamente experimentar un «colocón». En estos casos, se puede utilizar en formas con bajo o sin THC, como el aceite de CBD que se ha convertido en un tema candente en el mundo de la salud y la medicina debido a su amplia gama de beneficios potenciales.
A continuación, se detallan algunos de los aspectos positivos más destacados del CBD:
1. Alivio del dolor: El CBD se ha utilizado para aliviar una variedad de tipos de dolor, desde dolores crónicos hasta molestias agudas. Esto ha llevado a su consideración como una alternativa a los analgésicos tradicionales.
2. Reducción de la ansiedad: Muchas personas han encontrado que el CBD puede ser útil para reducir la ansiedad y el estrés. Puede ayudar a relajarse sin los efectos psicoactivos asociados con el THC.
3.Propiedades antiinflamatorias: El CBD ha demostrado tener propiedades antiinflamatorias, lo que lo convierte en un posible tratamiento para afecciones inflamatorias como la artritis.
4. Control de las convulsiones: Se ha utilizado con éxito en el tratamiento de ciertas formas de epilepsia, y un medicamento basado en CBD ha sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para este propósito.
5. Mejora del sueño: Algunas personas encuentran que el CBD puede ayudar a mejorar la calidad del sueño y aliviar el insomnio.
Es importante destacar que los efectos de ambos componentes pueden variar significativamente según la dosis, la cepa y la tolerancia de cada individuo. Además, es fundamental consultar a un profesional de la salud antes de usar cannabis con fines medicinales, ya que pueden proporcionar orientación específica sobre cómo aprovechar al máximo estos beneficios y minimizar los riesgos potenciales.
Si deseas una asesoría más personalizada puedes comunicarte con uno de nuestros asesores, yendo directamente al enlace que te hemos dejado en la descripción. Ellos estarán encantados de atenderte y responder a todas, así es, a todas tus inquietudes.
Volviendo a tu porro, mientras sigues disfrutando de sus efectos, ten en cuenta que la marihuana, como cualquier sustancia psicoactiva, tiene riesgos y efectos secundarios. Puede afectar tu memoria, tu capacidad de concentración y tu coordinación motora, lo que puede ser peligroso si conduces u operas maquinaria pesada bajo su influencia. Además, el uso a largo plazo y excesivo de la marihuana puede tener efectos negativos en la salud mental y física. Cada persona reacciona de manera diferente a sus compuestos, por lo que es importante conocer tus propios límites y consumir de manera responsable.
Soy Carlos Villada. Si esta nota te ha resultado informativa, te animamos a explorar otros contenidos relacionados.
¡Hasta la próxima!