Desde tiempos antiguos, el alcohol ha sido un fiel acompañante de la humanidad desde el momento en que aprendimos a elaborarlo. Su presencia es innegable en todas las civilizaciones, pero a medida que avanzamos en nuestro entendimiento sobre cómo afecta a nuestro cuerpo, también nos enfrentamos a su lado pernicioso.
Por otro lado, la marihuana, a pesar de ser ilegal en muchos lugares, es consumida ampliamente en diversas partes del mundo. Por ejemplo, en España, según una encuesta del Ministerio de Salud, hasta un 35% de la población ha admitido haber consumido marihuana en algún momento, lo que destaca su popularidad a pesar de su estatus legal.
Entonces, nos encontramos con la pregunta inevitable: ¿Qué es más peligroso, el alcohol o la marihuana?
La ciencia ha abordado esta interrogante desde múltiples ángulos, evaluando sus efectos en la salud, en el corazón, en el cerebro, en el comportamiento y la probabilidad de desarrollar adicción. Y parece que hay un claro vencedor en términos de riesgos.
Hola, y bienvenido a una nueva nota de cannamedicol, acompáñanos ya que en esta oportunidad hablaremos sobre la marihuana y el alcohol.
Es importante señalar que la comparación entre ambas sustancias puede ser algo injusta. Mientras que los efectos del alcohol han sido estudiados durante décadas, la investigación sobre la marihuana ha sido limitada debido a su estatus ilegal en muchos lugares, lo que ha dejado a la ciencia en una posición más incierta.
No obstante, a pesar de estas limitaciones, disponemos de una cantidad considerable de datos que nos permiten analizar los riesgos asociados con cada una de estas sustancias.
Es importante tener en cuenta que ninguno de estos dos elementos es beneficioso para nuestro bienestar. No pretendo fomentar el consumo de ninguno de ellos, pero los datos que hemos recopilado son reveladores y merecen nuestra atención.
Comencemos con un estudio que revela que el alcohol fue la principal causa de muerte para personas entre los 15 y 49 años en el año 2016. Publicado en la prestigiosa revista médica británica The Lancet, este estudio destaca que el 3,8% de las muertes en mujeres y el 12,2% en hombres a nivel mundial fueron atribuidas al consumo de alcohol. Estos datos son alarmantes y refuerzan la idea de que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol, según lo concluido por esta revisión exhaustiva de casi 600 estudios que abarcaron datos de 195 países y territorios durante un período de 26 años.
Además, investigaciones realizadas en los Estados Unidos señalan que más de 30,000 estadounidenses murieron debido al alcohol en el año 2014, y si se suman las muertes relacionadas con incidentes vinculados al alcohol, como accidentes y homicidios, esta cifra se eleva a unas 90,000 personas.
Ahora hablemos sobre la marihuana, estudios sobre la marihuana han arrojado hallazgos interesantes. Por ejemplo, una investigación publicada en el American Journal of Public Health reveló que los consumidores de marihuana que no usan otras sustancias tienen una esperanza de vida similar a la de personas sanas que no consumen marihuana. Además, hasta la fecha, no se ha registrado ningún caso de muerte directamente relacionada con la intoxicación por marihuana, según este estudio.
Otro aspecto importante es la adicción. Un estudio del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas encontró que solo el 9% de los usuarios de marihuana presentan adicción a la droga, una cifra mucho menor que la observada en el caso de la heroína y la nicotina. En comparación, el alcohol presenta una tasa de adicción del 15%, seis puntos porcentuales por encima del cannabis.
Además de los riesgos de salud, tanto el alcohol como la marihuana pueden afectar la seguridad vial. Según la Administración de Seguridad Vial Nacional de EE. UU., ambos tienen efectos adversos al conducir, pero los del alcohol son considerablemente peores. Un porcentaje mínimo de alcohol en la sangre puede aumentar drásticamente el riesgo de accidente, mientras que el THC, el principal componente psicoactivo de la marihuana, no parece tener el mismo impacto en la conducción. Sin embargo, el riesgo aumenta significativamente cuando se combinan ambas sustancias.
Tanto el alcohol como la marihuana pueden tener efectos negativos en la memoria, especialmente en usuarios frecuentes. Estudios sugieren que ambas sustancias pueden provocar pérdida temporal de la memoria, pero el alcohol, en particular, puede generar lagunas en la memoria y reducir la capacidad de atención, planificación y procesamiento emocional, incluso años después de dejar de consumirlo.
Estos hallazgos nos muestran la complejidad de evaluar los riesgos asociados con el consumo de alcohol y marihuana, así como la importancia de abordar estos temas desde una perspectiva informada y basada en evidencia científica.
En primer lugar, se ha observado que el consumo temprano de marihuana puede tener un impacto negativo en la memoria verbal, especialmente en aquellos que comienzan a consumirla desde una edad temprana. Esto puede resultar en una disminución en la capacidad para formar palabras tanto oral como escrita. Además, ambas sustancias están asociadas con el riesgo de desarrollar enfermedades psiquiátricas. Por ejemplo, el uso frecuente de marihuana se ha vinculado con un mayor riesgo de esquizofrenia, paranoia y psicosis, según investigaciones recientes.
Por otro lado, el alcohol ha sido relacionado con la ansiedad, la depresión y el riesgo de pensamientos suicidas, aunque todavía no está claro si estas condiciones son causadas por el alcohol o si las personas con estos problemas recurren al alcohol como un medio para hacerles frente. Además, el alcohol es un factor significativo en el aumento de peso, ya que las bebidas alcohólicas son altas en calorías y pueden contribuir a la obesidad.
El alcohol también ha sido asociado con un mayor riesgo de violencia doméstica, mientras que no se ha observado un vínculo similar con el consumo de marihuana. Estudios recientes sugieren que hasta el 40% de los casos de crímenes violentos están relacionados con el consumo de alcohol, mientras que los usuarios de marihuana son menos propensos a ejercer violencia hacia su pareja.
Es importante tener en cuenta que, además de los efectos adversos mencionados, la marihuana también ha sido objeto de investigación en el campo de la medicina, donde se han identificado ciertos beneficios terapéuticos.
Por ejemplo, se ha demostrado que ciertos compuestos presentes en la marihuana, como el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC), tienen propiedades analgésicas, antiinflamatorias y neuroprotectoras. Estas propiedades han llevado al desarrollo de tratamientos que utilizan extractos de marihuana para aliviar el dolor crónico, reducir la inflamación en enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y proteger las células nerviosas en trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer y el Parkinson.
Además, la marihuana medicinal se ha utilizado con éxito para controlar los síntomas de enfermedades como la epilepsia refractaria, el síndrome de Dravet y el síndrome de Lennox-Gastaut en niños, reduciendo la frecuencia y la intensidad de las convulsiones.
Otro beneficio destacado es su capacidad para estimular el apetito y aliviar las náuseas en pacientes que reciben tratamientos como la quimioterapia o que padecen trastornos que causan pérdida de peso involuntaria, como el VIH/SIDA.
Si bien la marihuana medicinal ofrece ciertos beneficios terapéuticos, su uso debe ser supervisado por un médico y estar legalmente regulado para garantizar su seguridad y eficacia.
La investigación continua es fundamental para comprender mejor cómo la marihuana puede ser utilizada de manera segura y efectiva en el tratamiento de diversas condiciones médicas.