Siempre hemos catalogado a la marihuana como la peor de las drogas, como “la mala del paseo”; quizá esto se deba en gran medida a la fuente y tipo de información que consultamos. Esta es una nota que realizaron un grupo de estudiantes de la universidad cooperativa de Colombia y ellos muy gentilmente nos han compartido para la difusión en las plataformas en las cuales está presente Cannamedicol. Esperamos que al igual que nosotros aprendas y disfrutes de este valioso contenido.
Durante muchos años los seres humanos hemos buscado la forma de consumir todo tipo de sustancias para alterar el estado mental y «enrumbarnos» en otro paseo. Al pasar los años, hemos ido dándole una valoración con categoría buena o mala a algunas sustancias que alteran nuestros sentidos, y que son nocivas para la salud: entre las más comunes encontramos el alcohol, el cigarrillo, y también el cannabis. Las primeras dos han mostrado unos indicadores mortales para sus clientes, pero el cannabis, que no carga con toda esa fatalidad, se ha convertido en la mala del paseo. ¿Cómo puede suceder esto?
Según una investigación, realizada en 2003 en la universidad de Michigan, en Estados Unidos, se concluyó que el 70% de los delitos más graves, como los son el homicidio, acceso carnal violento, feminicidio, hurto y violencia intrafamiliar ocurrieron alrededor del consumo de bebidas alcohólicas. La Organización Mundial de la Salud – OMS advirtió sobre el aumento de enfermedades pulmonares y cardiacas producto del alto consumo de tabaco en el mundo. Es que, según este organismo internacional, en un estudio que presentó en 2018 indicó que en el mundo hay más de 980 millones de personas que consumen tabaco. Lo que más alarma a la OMS es el incremento de pacientes con cáncer de estómago y garganta producto del consumo de tabaco.
El número de personas a las que está matando el tabaquismo se puede comparar con un número cerca de personas que mueren en países que están en conflicto o guerra concluyó dicho estudio. Sin embargo, hoy en día las leyes no persiguen a los consumidores de este tipo de sustancias, tampoco, la sociedad relaciona con el delito, o con lo que está mal a quienes consumen alcohol y tabaco. Algo que sí ocurre con quienes consumen cannabis. Mientras la ciencia pareciera estar a favor del cannabis, la estigmatización hacia esta planta parecer no tener fin.
¿Qué opina la población sobre este tema?
Frente a esta paradoja consultamos la opinión de tres actores sociales, que consideramos importantes, para intentar entender esta “realidad”: un psicólogo, un párroco y padre familia que nos expondrán lo que piensan del consumo del cannabis recreativo: “hay personas que la están consumiendo de manera medicinal y esto no está mal, pero también hay personas que lo hacen de manera recreativa, se les vuelve una adicción y comienza a deteriorar su salud mental”.” Yo no estoy de acuerdo con el consumo en espacios públicos porque es promover este tipo de acciones y en el país no hay una conciencia ni una política sobre prevención de los vicios” María del Pilar Garcia, psicóloga UMB.
“Considero que el consumo de marihuana es malo porque genera adicciones que pueden terminar en otro tipo de drogas”. “No estoy de acuerdo con el consumo en espacios públicos porque eso huele inmundo y porque genera graves problemas de tipo social”. Yhon Forero, padre de familia. “Todo lo que atente contra el cuerpo está mal visto por los ojos de nuestro señor. Las drogas perturban la mente de nuestros jóvenes y en algunos casos hacen que se comporten como poseídos por el mal” Padre Carlos Andrés Oliveros. Parroquia San José de Fontibón. “A las personas entrevistadas les preguntamos si conocían las fatídicas cifras sobre el alcohol y el cigarrillo que son sustancias legales y permitidas actualmente y todos coincidieron en decir que no con exactitud. Al parecer, su opinión se ha generado desde un constructo social que obedece al entorno en el que viven y, en el caso del párroco, obedece a sus prácticas de tipo religiosas.
Lo que más preocupa es la desinformación que se maneja alrededor de la legalización de esta sustancia: es evidente que detrás de la ilegalidad del consumo recreativo hay intereses de todo tipo en los que la política y el empresariado empiezan a mostrar resquicios de interés en que el consumo recreativo siga en la clandestinidad. Estos dos grandes poderes –político y económico- se han encargado de estigmatizar el consumo de la sustancia, usando las leyes para perseguir y castigar y los medios de comunicación, para realizar juicios de valor sobre las personas que consumen el cannabis de forma recreativa. La religión también, ha hecho su aporte, condenando, desde su “moral”, a quienes se valen del cannabis para su uso recreativo.
Definitivamente en Colombia se debe poner sobre la superficie un debate sobre por qué la política, algunos empresarios y la religión no les preocupa el consumo de alcohol y cigarrillo como les preocupa el del cannabis. Si el argumento es la vida humana y la ciencia ha demostrado cómo el tabaco y alcohol están acabando con las personas: ¿Por qué se le hace la guerra sólo al consumo del Cannabis? Si el alcohol y el cigarrillo mata más personas que el cannabis: ¿Por qué sigue siendo la mala del paseo?
Cortesía:
Diego Quintero y Queren Padilla – Estudiantes de la Universidad Cooperativa de Colombia.
Un artículo muy interesante, gracias por compartir sus conocimientos y opiniones sobre el tema. Un saludo
Hola @Naturaleza Grow. Gracias por comentar. Nos encantó tenerte aquí y te esperamos que vuelvas pronto.