¿Sabías que, aunque muchas personas consumen marihuana para relajarse, en algunos casos puede causar el efecto contrario y desencadenar crisis de ansiedad o incluso síntomas depresivos?
La marihuana realmente ayuda con la ansiedad y la depresión o puede empeorar los síntomas?
Lo que para unos parece una vía de escape o una forma de desconexión, para otros puede convertirse en un verdadero problema de salud mental.
La relación entre cannabis y trastornos como la ansiedad o la depresión es mucho más compleja de lo que se suele pensar, y entenderla a fondo puede marcar la diferencia entre un uso responsable y uno perjudicial.
Es una duda muy común, y aunque algunas personas aseguran que les ayuda a relajarse, también hay quienes afirman que les genera paranoia, malestar o incluso crisis de ansiedad.
Entonces, ¿Cuál es la verdad? ¿Depende de la dosis, de la persona o del tipo de marihuana? En esta nota te vamos a explicar con claridad, sin mitos ni exageraciones.
Además, conoceremos los posibles efectos negativos del consumo lúdico como de los beneficios que puede ofrecer el cannabis, especialmente el CBD, para tratar trastornos como la ansiedad.
Eso sí, es muy importante aclarar desde el inicio que nosotros no promovemos el uso recreativo de la marihuana. Nuestro propósito es brindar información basada en evidencia científica sobre el uso terapéutico y controlado de la planta.
¿Por qué algunas personas sienten ansiedad al consumir marihuana?
Para responder esto, primero hay que entender qué compuestos contiene la planta. La cannabis tiene más de 100 cannabinoides, pero los dos más conocidos son el THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol).
El THC es el principal responsable del efecto psicoactivo. Es decir, es la sustancia que altera la percepción, genera euforia, cambia la forma de pensar y, en algunos casos, puede producir paranoia o ansiedad. Por otro lado, el CBD no tiene efectos psicoactivos, y de hecho, tiene propiedades ansiolíticas y antipsicóticas. Es decir, puede ayudar a reducir la ansiedad, mejorar el sueño y aliviar el estrés, sin alterar la mente.
Cuando una persona consume marihuana rica en THC, especialmente en grandes cantidades o si es nueva en el consumo, puede experimentar efectos desagradables como:
- Palpitaciones
- Boca seca
- Pensamientos acelerados
- Confusión
- Miedo sin motivo aparente
- Sensación de perder el control
Todo esto se puede traducir en una crisis de ansiedad o incluso en un ataque de pánico. Es más común de lo que parece, y no es una exageración. El THC, en dosis altas, puede alterar el equilibrio de neurotransmisores en el cerebro, como la dopamina y la serotonina, afectando el estado de ánimo y la percepción del entorno.
¿El uso frecuente de marihuana puede aumentar el riesgo de depresión?
Este es otro tema importante. La relación entre el consumo prolongado de marihuana y la aparición de síntomas depresivos ha sido estudiada por muchos científicos. Y aunque los resultados no siempre son concluyentes, hay evidencia de que el consumo excesivo y frecuente, especialmente desde edades tempranas, puede afectar negativamente la salud mental.
Algunos estudios señalan que el THC puede interferir con la forma en que el cerebro regula las emociones. En personas con antecedentes familiares de trastornos depresivos o con cierta vulnerabilidad emocional, el uso crónico puede agravar la situación. Además, cuando una persona usa la marihuana como escape constante de sus problemas, en lugar de buscar ayuda profesional, puede caer en un círculo de aislamiento, falta de motivación y deterioro emocional.

¿Es lo mismo fumar marihuana que usar CBD medicinal?
No, y aquí es donde debemos hacer una distinción clave. Fumar marihuana con fines recreativos, sin supervisión médica, es muy diferente a usar productos derivados del cannabis con fines terapéuticos. En Cannamedicol nos enfocamos en este segundo enfoque: el uso medicinal, especialmente a base de CBD, que es un compuesto legal en muchos países y que no genera efectos psicoactivos ni adicción.
El CBD actúa sobre el sistema endocannabinoide del cuerpo, ayudando a regular funciones como el sueño, el apetito, el estado de ánimo y la respuesta al estrés. Diversos estudios han demostrado que el CBD puede ser útil para tratar:
- Trastorno de ansiedad generalizada
- Fobias sociales
- Trastorno de pánico
- Insomnio relacionado con ansiedad
- Estrés postraumático
Una de las grandes ventajas del CBD es que, a diferencia de los medicamentos tradicionales para la ansiedad (como las benzodiacepinas), no genera dependencia ni efectos secundarios severos. Por eso, cada vez más profesionales de la salud están recomendando aceites, cápsulas o cremas de CBD como alternativas naturales y seguras para el manejo de la ansiedad y la depresión leve.
¿Qué factores influyen en que una persona reaccione mal al THC?
Aunque algunas personas pueden consumir marihuana y sentirse relajadas, hay muchos factores que influyen en la reacción de cada individuo:
1. La genética
Cada persona tiene una composición genética única, y eso incluye cómo su cuerpo y cerebro responden al THC. Algunas personas tienen predisposición genética a desarrollar trastornos como la ansiedad, la depresión o incluso la esquizofrenia. En estos casos, el consumo de marihuana puede actuar como un detonante que activa esos síntomas. Además, hay genes que determinan cómo se metaboliza el THC: en algunos, este proceso es más lento, lo que puede prolongar los efectos y hacerlos más intensos. Por eso, mientras algunas personas consumen cannabis sin problema, otras pueden tener experiencias negativas desde el primer contacto.
2. La edad
El cerebro humano no termina de desarrollarse hasta los 25 años. Durante la adolescencia y la juventud, consumir THC puede afectar áreas importantes como la memoria, la concentración y el control emocional. Los estudios muestran que el consumo frecuente en edades tempranas puede alterar el desarrollo neuronal y aumentar el riesgo de padecer trastornos mentales en la adultez. Además, los adolescentes suelen ser más impulsivos y menos conscientes de los riesgos, lo que puede llevarlos a consumir en exceso o en contextos poco seguros.
3. La dosis
La cantidad de THC consumido es clave. Mientras una dosis baja puede provocar efectos suaves como relajación o risa, una dosis alta puede generar paranoia, taquicardia y crisis de ansiedad. Esto es especialmente común con los comestibles, donde los efectos tardan en aparecer y muchas personas consumen más de lo necesario. El problema no es el cannabis en sí, sino no saber cuánto es demasiado. Por eso, empezar con poca cantidad y observar la reacción del cuerpo es fundamental, sobre todo en personas con poca experiencia.
4. El tipo de cepa
No todas las variedades de cannabis tienen el mismo efecto. Algunas cepas tienen un alto contenido de THC y poco o nada de CBD, lo que puede intensificar los efectos psicoactivos y aumentar el riesgo de malestar emocional. El CBD actúa como un modulador natural del THC, ayudando a equilibrar sus efectos. Por eso, cepas con un perfil más equilibrado, o con mayor contenido de CBD, suelen ser mejor toleradas por personas sensibles o principiantes. Conocer la composición de lo que se consume es clave para evitar efectos no deseados.
5. La experiencia previa
Las experiencias pasadas marcan mucho la relación que una persona tiene con el cannabis. Alguien que ha tenido una mala experiencia previa puede sentir ansiedad incluso antes de que el efecto aparezca, lo que predispone a un mal viaje. Por otro lado, alguien sin experiencia podría no saber qué esperar y sentirse confundido o abrumado. La falta de familiaridad con los efectos del THC hace que sea más difícil controlar la situación cuando las cosas no van bien. Por eso se recomienda empezar poco a poco y en ambientes controlados.
6. El entorno
El lugar y la compañía en la que se consume cannabis puede cambiar por completo la experiencia. Estar en un sitio seguro, rodeado de personas de confianza, ayuda a que los efectos sean más llevaderos. En cambio, estar en un lugar desconocido o rodeado de extraños puede aumentar la incomodidad y provocar reacciones negativas. El THC amplifica lo que sentimos: si estamos tensos o inseguros, esa sensación se multiplica. Por eso, elegir bien el entorno es tan importante como elegir bien la cepa o la dosis.
¿Qué dice la ciencia sobre el cannabis y la salud mental?

Afortunadamente, la investigación en este campo ha avanzado bastante. Hoy sabemos que el cannabis medicinal puede ser una herramienta útil para tratar ciertos trastornos, pero también que el uso irresponsable o excesivo del THC puede tener consecuencias negativas.
Un estudio publicado en The Lancet Psychiatry mostró que el consumo frecuente de marihuana de alta potencia (es decir, con más del 10% de THC) se asocia con un mayor riesgo de desarrollar psicosis, especialmente en personas jóvenes. Otros estudios han relacionado el consumo crónico con una reducción en la motivación, la memoria y el rendimiento cognitivo.
Pero también hay estudios positivos. Por ejemplo, una investigación realizada por el National Institute on Drug Abuse demostró que el CBD puede reducir los síntomas de ansiedad en personas con trastorno de ansiedad social. Otro estudio publicado en Neurotherapeutics concluyó que el CBD tiene un perfil prometedor como tratamiento para múltiples trastornos de ansiedad, sin los efectos adversos de otros fármacos.
Entonces, para finalizar podríamos decir que desde Cannamedicol, creemos firmemente que el cannabis debe ser utilizado con responsabilidad, bajo supervisión médica y con fines terapéuticos claros. Sabemos que muchas personas están buscando alternativas naturales para mejorar su calidad de vida, y el CBD puede ser una opción segura, legal y efectiva para quienes sufren de ansiedad leve o moderada.
Si estás pasando por un momento difícil, te recomendamos buscar apoyo profesional. No estás solo. Y si estás considerando el uso de CBD como complemento a tu tratamiento, puedes acudir a nosotros. En Cannamedicol ofrecemos asesorías gratuitas con profesionales especializados, que te ayudarán a encontrar la dosis y el producto adecuado para ti.